Helena Petrovna Blavatsky / Josefina Maynadé
«Aquí, sobre el Templo proyectado, se alzará, en conmemoración de nuestro desembarco, el protomonumento de las edades, la ingente Harmakis, la imagen del Sol Naciente, la Esfinge cuyo enigma asombrará a las generaciones futuras. Ese misterioso monumento patentizará la gran Era que ahora comienza y será el germen divino, Hombre y Mujer, Sol y Luna, Padre y Madre de todas las religiones, León y Hembra, tronos luminares del zodíaco precesional, principio y fin de la gran Rueda Cíclica, afirmación y signo de estos tiempos de transición que vivimos en que el mundo, fatigado de los pecados de los hombres y de la corrupción de sus puras esencias naturales, se debate y se purifica por el fuego del signo del León y el agua de Khepra, la gran Madre… Un mundo nuevo amanecerá con el primer Sol del gran desastre. Y está escrito que la gran Harmakis lo verá la primera, asomando su testa coronada, erguida sobre la prominencia monumental, saludando la llegada del Gran Día…»